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Desde que apareció en 1966 defendiendo los colores del Sport Boys, Oswaldo "Cachito" Ramírez demostró que se era un delantero diferente tanto por su velocidad como por su potente disparo y excelente juego aéreo. No en vano, se erigió como el goleador del torneo descentralizado de 1968. Su momento de gloria llegó al año siguiente cuando tuvo la oportunidad de jugar por la selección el partido definitorio ante Argentina en la Bombonera de Boca Juniors, reemplazando al lesionado Gallardo y convirtiéndose en el héroe del partido al anotar los dos goles que clasificaron por primera vez a un seleccionado peruano a un mundial por derecho propio. Ramírez integró la delegación que asistió a la justa mexicana pero no tuvo mayores posibildades de jugar.
Con la casaquilla de Universitario de Deportes obtuvo el título nacional de 1971, el subtítulo de la Copa Libertadores de 1972 y el título de 1974 saliendo goleador de la Copa Libertadores de 1972 y 1975. En ese mismo año forma parte de la selección peruana que obtuvo la Copa América siendo fundamental su participación en los partidos de la primera fase ante chilenos bolivianos y el partido final frente a Colombia en Lima en el que anota el segundo tanto peruano con un magistral golpe de cabeza anticipándose a la salida de Zappe.
Luego de un breve paso sin mayor éxito por el fútbol mexicano (Atlético Español 1975-76) recala en el poderoso equipo que formó Sporting Cristal y juega hasta 1980 obteniendo con el cuadro rimense el bicampeonato 1979-80 y se corona como el máximo artillero del torneo local.
En 1981 juega en el fútbol venezolano logrando la Copa Venezuela con el Deportivo Galicia.
En 1982 se retiró jugando para el Sporting Cristal.
Hasta hace unos pocos años mantuvo su hegemonía como el goleador histórico del fútbol peruano con 196 goles. Para nosotros seguirá siendo el máximo goleador peruano en vista que su récord no puede ser comparado con el del extranjero que ha pasado por 15 equipos en casi 20 años.
"Cachito" Ramírez perteneció a esa gran generación de jugadores que marcaron la etapa más brillante del fútbol peruano, sin embargo, la valoración hacia él ha sido muchas veces mezquina, etiquetándolo como un "aprovechador de goles" o un "lauchero" en términos comprensibles para los futboleros, cuando en realidad Ramírez fue mucho más que eso. Tenía, incluso, cierta fama de arrugar ante la pierna fuerte pero la verdad es que "Cachito", chalaco de formación, le entraba al juego fuerte con mucha inteligencia. Es cierto que no era un dechado de virtudes con el balón en los pies pero lo suyo era la velocidad, el disparo a distancia y el cabezazo certero. Por otra parte, Cachito nos podía sorprender con goles inverosímiles así como con golazos de antología como aquel a Corbo frente a Peñarol en Montevideo en la Copa Libertadores de 1975 o aquel de tiro al Negro Baley que dejó el balón incrustado entre el parante y la red o uno de media cancha a México.
Oblitas dijo en una entrevista hace unos años que él le agradecerá de por vida a Cachito Ramirez por todos los premios que cobró en la "U", Cristal y la Selección gracias los goles del "Verdugo de la Bombonera".